martes, 29 de mayo de 2007

Cuando la ropa la hacemos nuestra.

La ropa tiene una carga simbólica, al ponérnosla condensamos muchas ideas, conceptos, gustos géneros, estilos y damos a entender -aunque de forma solapada- nuestra clase social.
Pero la ropa además trae en sí trabajo incorporado, un trabajo que es la expresión de una forma social de producción.


Tras la crisis estructural desatada en 2001 muchos empresarios quebraron o simplemente vaciaron sus empresas -claro está, con sus empleados dentro- Fue entonces cuando la clase trabajadora tomó las calles y también cuando le imprimió un mayor dinamismo al movimiento de tomas de fábricas quebradas y vaciadas por sus dueños.





Este es el caso de Brukman, una fábrica de ropa de vestir masculina que luego de ser vaciada y abandonada por sus dueños, comienza a ser autogestionada por sus trabajadores.





Así, un grupo de obreras del barrio porteño de Once comienzan a transitar el duro camino de la independencia para convertirse en símbolo de la autogestíon obrera.

Luego de una larga lucha -con tres desalojos incluidos- logran la expropiación en 2004.

La Cooperativa 18 de diciembre, marcó el rumbo para otras experiencias de autogestión obrera dentro del rubro textil como la fábrica Ceres, Confecciones Gaiman, Entre-Confec/ex Angelo Paolo, la ex-Textil San Remo, la Textil Pampeana, la fábrica Inimbo y Textiles Pigüe.

La experiencia no solo simbolizó la lucha de los obreros textiles sinó del conjunto de los obreros en lucha. No solo demostró que la gestión obrera es posible sino también que es viable, que la gestión obrera es una salida a la crisis.

















Fuente: Cooperativa de trabajo Lavaca: "Sin Patrón: Fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores. Una historia, una guía"Lavaca Editora, Buenos Aires, diciembre de 2004.






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