Este viernes era un día cualquiera, y como todas las mañanas me lavé la cara y estaba a punto a elegir la ropa que iba a poner para ir a trabajar. Fue entonces cuando me encontré con la dantesca escena: aquel jean mío, tan querido -es justo decirlo-¡estaba caminando solo! hasta ahí todo bién pensé que era producto de su frecuente uso e infecuente lavado, me preguntaba tambien por donde andaban las medias. Lo que no pensaba que era el inicio de la suma de todos los miedos. Sí pibe, lo tan temido ocurrió, los objetos inanimados se rebelaron contra la especie humana. Nos comimos el amague a la 00:00 del 1º de enero de 2000 con el Y2K, pero este es el momento. Creo que es el momento de abandonarse a la desesperación.
Camárógrafos contratados, y precarizados, por La ropa es lo de menos han conseguido este documento único donde se puede ver a uno de los rebeldes festejando y bailando.